28.11.12



Hedra Corante
Antofagasta

Los atacameños también llamados kunzas, likan-antai o likanantaí que se traduce como “los habitantes del territorio”, son una etnia indígena de Sudamérica que habitó en el interior del desierto de Atacama (Norte de Chile, la Argentina y Sur de Bolivia), en torno al curso del río Loa hasta Copiapó, ocupando también las quebradas y valles de este desierto y los faldeos de la cordillera de los Andes incluyendo toda la Puna meridional o Puna de Atacama. Domesticadores de camélidos (llama y alpaca), desarrollaron artesanía, orfebrería, el baila, la música y los textiles.

E
ste taparrabo lo diseñe a partir de la cosmovisión de los atacameños, es decir su iconografía como la llama y sus cerros y el sol. Aplicando las técnicas de repetición, escala, tamaño de figura. Aparte de las similitudes iconográficas, este conjunto de taparrabos presenta además sorprendentes normalizaciones a nivel de los colores empleados (rojo y azul oscuro, además de amarillo ocre), al igual que juegos muy estables de imágenes en positivo-negativo, e incluso las dimensiones parecieran obedecer a un patrón estandarizado.

COSMOVISIÓN:
En la cosmovisión atacameña los cerros tienen además una especial connotación mágico-religiosa. Se asocian al agua y a los manantiales, pero también pueden representar figuras sagradas, ya sea como proveedores de ganado, de dinero y de malas o buenas condiciones para las labores agrícolas.

Se relacionan también con el rayo, el trueno y la lluvia.

Una creencia en una vida sobrenatural y más allá de la muerte así como ceremonias religiosas con una fuerte vinculación con la naturaleza evidencian las primeras manifestaciones de una religiosidad en ciernes.

Muy adentrado en la cultura Atacameña estaba la inhalación de alucinógenos constituido en todo un ceremonial andino, era el acercamiento mediante la exaltación y estimulación a sus dioses, era la apropiación de quién inhalaba del poder de aves, felinos y serpientes. Acompañaba este ceremonial un conjunto de tablillas finamente labradas en las cuales se depositaba el alucinógeno o “rapé” para luego mediante una bombilla de madera o hueso era inhalado. Por otro lado y con una influencia notoria de los Incas, los Atacameños adoptaron el culto Solar o Inti para lo cual fabricaron altares en los lugares de mayor altura, de preferencia en el Volcán Licancabur el cual era considerado una “Montaña Sagrada”.


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